Revestir monumentos o edificios icónicos de determinado color, es una estrategia de concientización sobre algunos temas que son determinantes para la sociedad. Son causas comunes que convocan a cada persona de manera especial, unas más identificadas con el sentido del color, que otras. Por estar dentro de la Semana del Donante de Sangre, cuyo día mundial es el 14 de junio, la Municipalidad de Calingasta decidió iluminar el Cristo de la Misericordia. Lo mismo hicieron las autoridades de la Legislatura Provincial, colocando luces rojas en todos sus arcos.

Los colores en los edificios o monumentos es una costumbre que recorre el mundo desde hace varios años, para determinadas fechas. Cada mes, y generalmente asociado a una conmemoración que tenga relación con la salud, autoridades deciden participar y ayudar a la concientización y prevención de enfermedades o colaborando a dar vida, como en este caso de la donación de sangre.

El color está presente en el entorno social, genera emociones, sentimientos, potencia mensajes y da sentido a muchos mensajes que pretenden llegar a lo más profundo de la comunidad. Refuerza la comunicación y es uno de los elementos más estructurales a la hora de llamar la atención al sentido de la vista.

El Cristo de la Misericordia, esta obra monumental de casi 30 metros de alto, se puede observar desde gran parte del valle calingastino, al estar iluminada por la noche, su atracción es aún mayor. Está rodeada de doce monumentos más pequeños que representan a los doce apóstoles, y llevan como nombre, el de cada localidad que compone Calingasta. Durante esta semana, su parte más alta, la corona de espinas, estuvo iluminada de rojo por el Día Mundial del Donante de Sangre.

La Legislatura Provincial también se sumó a esta campaña y configuró sus luces ornamentales para ponerle rojo a sus arcos y ventanales y llamar la atención de las personas que circulan por avenida Libertador y calle Las Heras.