Por Fernando Ortiz
En el marco de la Huelga Mundial por el Clima, DIARIO DE CUYO participó de la manifestación que surgió en la provincia y dialogó con varios integrantes del nuevo movimiento.

El video recorrió el mundo entero. Una niña de 16 años con síndrome de Asperger vocifera que los líderes del mundo le robaron su infancia. Con una camisa estilo Mao color fucsia y una trenza que concentra el largo cabello rubio, Greta Thunberg apunta sus ojos celestes sobre el público que asistió a su discurso en la Cumbre de Acción Climática de la ONU, “la gente está sufriendo, la gente se está muriendo, ecosistemas completos están colapsando” dice con resentimiento.

Inmediatamente, los principales sitios web de noticias y las cadenas de TV reproducen una y otra vez la alocución de la adolescente nacida en Estocolmo. Mientras algunos ciudadanos de los distintos países del mundo recién se enteraban de la existencia de la adolescente y las búsquedas en Google se multiplicaban exponencialmente, millones de jóvenes y niños faltaban a clases y se decidían a marchar por las calles para exigir a sus gobernantes acciones concretas para disminuir la velocidad del cambio climático, en los que se conoce como #15MClimático. En referencia a una de las primeras grandes marchas globales a favor del cuidado del clima que sucedió el 15 de marzo de este año.

En esa misma fecha, en San Juan, surgía una de las agrupaciones activistas contra el cambio climático: Jóvenes por el Futuro. Un grupo de universitarios, en su mayoría estudiantes de biología que coincidieron en la necesidad de cambiar su forma de vivir y de impactar en el ambiente. Cada uno, con sus diferencias naturales en las trayectorias de vida, encontró en el activismo una manera de contribuir en la concientización del desequilibro ambiental.

Al llegar a la Plaza 25 de mayo, fue fácil divisarlos, la mayoría estaba con pancartas y remeras distintivas. Todos estaban sentados bajo la sombra de los enormes y centenarios árboles del espacio verde. Dejaron las mochilas en el piso, se pusieron a conversar poniéndose al corriente de temas de la facultad y los amigos. Se trata de un grupo heterogéneo, ninguno tiene más de 30 años. Parecen cumplir con uno de los requisitos fundamentales de la movida climática: la encabezan los miembros de menor edad de la sociedad, aunque muchos adultos, viejos luchadores de la misma causa, acompañan y aconsejan.

El calor del último viernes era abrasador a pesar de que pasaron sólo 6 días desde el comienzo de la primavera. Ese 27 de septiembre y, en 160 países, se desarrollaron un sinnúmero de manifestaciones -con la juventud a la cabeza- convocadas por el movimiento internacional FridaysFor Future (FFF), que respalda a la mentada Greta. A las 17 debía empezar la marcha en San Juan, pero retrasos de los asistentes a la convocatoria y, fundamentalmente, la demora de la policía, imposibilitó que la protesta comience a la hora estipulada. Este medio, aprovechó la para charlar con Gabriel, uno de los miembros fundadores de Jóvenes por el Futuro.

Gabriel es rubicundo, ruludo y de ojos verde claro, contesta de manera simpática y se esforzó por no dejar cabos sueltos. Tanto él, como el resto de los jóvenes presentes estuvieron abiertos a charlar con la prensa. Entre algunas sonrisas, Gabriel explicó cómo fue su proceso personal de toma de conciencia. Dijo que fue una cuestión de experiencia y que su condición de estudiante de la Licenciatura en Biología no fue el principal condicionante, pero ayudó a que tome una doble decisión: actualmente es ambientalista y vegetariano -algo que suele ir de la mano-. Los cambios en su vida fueron drásticos, no sólo pasó a usar menos productos plásticos y conducir menos su camioneta, sino que debió romper uno de los lazos que más fuerte lo unían a su padre, la pasión por los fierros. Comentó que se lamenta por no poder acompañar a su papá a las carreras, y alegó que se le hace imposible porque no puede ver cómo derraman el aceite sobre el asfalto.

Se sumó a la charla Martín Carrizo, más chico que Gabriel, aunque es igual de ruludo, sólo que morocho. Él refirió cómo fue que se enteró de la existencia del movimiento ambientalista a nivel mundial. Las redes sociales y los informes de organismos internacionales que están en internet. La red es clave para la masificación de cualquier cosa y la conexión de los adolescentes es cuasi natural. Es más, todos los que estuvieronn presentes, esperando a iniciar la marcha, transmitieron en vivo por Instagram, se tomaron selfies, preguntaron por WhatsApp a sus amigos quiénes se iban a sumar a la protesta. Parece obvio, pero la relación con las redes sociales es vital; la convocatoria misma se realizó por esos medios.

Tanto Martín como Gabriel le comentaron a este diario que los datos son alarmantes. Una de sus principales fuentes de consulta es el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático -IPCC, por sus siglas en inglés-, que dice en sus últimos informes que “si el calentamiento global va más allá del límite de 2° C, establecido en el Acuerdo de París, lo que probablemente suceda es que la tierra productiva se convertirá en desierto, la infraestructura se derrumbará a medida que se descongele el permafrost, y la sequía, y los fenómenos meteorológicos extremos pondrán en riesgo el sistema alimenticio”.

Quien también se destacó entre la muchedumbre fue una profesora de la UNSJ, especialista en la temática ambiental, que llevó a sus pequeños hijos -no deben superar los 10 años- a que participen de la convocatoria y, por añadidura, vayan tomando conciencia.
Marcela Ontiveros también dio su óptica de la situación ambiental, sin dejar de lado el componente sentimental: “vengo por ellos” dijo mientras señalaba a los niños que estaban entretenidos con un vaso de licuado de naranja y banana. Según ella, el pronóstico es bastante desalentador, sobre todo para San Juan, “las precipitaciones níveas van a ser cada vez menos, el aporte de nieve a los ríos que es del agua que nosotros dependemos va a ir disminuyendo considerablemente y los periodos de sequía se van a prolongar”. Además, señaló como consecuencia evidente el intenso calor en pleno septiembre.

El pedido que hacen para la provincia es claro. Consideran como altamente positivos los avances en las políticas sobre el reciclaje y la reutilización; el tratamiento de residuos sólidos urbanos en general. Y, en tanto ponderan las nuevas tecnologías incorporadas, pero piden mayor impulso en el área de concientización para que la mayoría de los ciudadanos puedan valerse de ellas. En cuanto a las acciones que realizan como activistas, Jóvenes por el Futuro hizo, a principios de este mes, un ciclo de charlas sobre la cuestión ambiental. Para ello, según comentaron, se valieron de la ayuda de UNSJ y de la Secretaría de Ambiente. Fueron dos días intensos, en los que se trató temáticas como ‘las áreas protegidas, los agrotóxicos, las huertas y el compostaje, además de los ecoemprendimientos’.

Algunas agrupaciones de izquierda que se incorporaron a la marcha que, en primera instancia se dio alrededor de la Plaza 25, sin cortar las calles. Llegaron con un bombo díscolo y algunas revistas sobre su perspectiva sobre el cambio climático. Luego, al momento de dirigirse hasta la Plaza del Bicentenario, ahora sí por las calles del centro sanjuanino, se sumaron todavía más adolescentes. Algunos con carteles ingeniosos, con consignas del estilo “Iron Man no se sacrificó para que nos mate tu avaricia”.

Quién lo diría, de Estocolmo a San Juan. Internet permitió que los marcos conceptuales extranjeros se filtren en la provincia. Greta Thunberg podrá ser discutida, ella y el sistema en el que se cobija. Seguramente, a posteriori, los medios del mundo den cuenta de las fuentes de financiamiento, negociados y el “lobby familiar”; o quizás no suceda. Lo inexpugnable es que el efecto Greta Thunberg llegó a todas partes y San Juan, como dicen, no fue la excepción.


