El grupo que realiza la 11ma edición del Cruce Sanmartiniano vivió ayer la jornada más complicada de toda la travesía que recrea la gesta histórica, por las dificultades de la geografía que le tocó encarar. Los expedicionarios salieron muy temprano del refugio de Las Frías, el puesto montañoso donde los había recibido un inusual clima templado el martes, y soportaron una agotadora cabalgata de 10 horas con muy poco descanso, y que incluyó el ascenso y descenso de la formación conocida como El Espinacito, la más alta de todo el trayecto, que recorta contra el cielo cordillerano sus imponentes precipicios y desfiladeros a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar. Los altos que pudieron hacer en la marcha sirvieron para retratarse (foto) y estirar las piernas. Hoy tendrán una jornada de descanso y mañana los espera la emoción del acto que compartirán con la delegación que está avanzando paralelamente desde el lado chileno de la montaña.