El último informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), perteneciente a la Fundación Mediterránea analiza que los precios de las uvas y vinos están muy bajos en comparación a los promedios históricos, porque la materia prima está atada al producto que permiten elaborar.
El documento indica que los precios de la uva común tinta y de su vino de traslado alcanzaron un máximo en el año 2010 (sin inflación), y a partir de ahí han ido perdido fuerza, estando muy bajos, en comparación a los promedios históricos, aunque en marzo de este año haya mejorado el precio del vino de traslado.

Uvas y vinos de traslado no valen por sí mismos, sino por el producto final que permiten elaborar.

El estudio dice que han estado bajos porque no han seguido el ritmo del aumento de los costos, lo cual ha deteriorado la rentabilidad de los viñateros y productores. ¿Por qué tan bajos? Un factor clave es que las uvas y los vinos de traslado no valen por sí mismos, sino por el producto final que permiten elaborar (por ejemplo, el vino en tetra). Si este producto se abarata, también le pasa lo mismo a su materia prima (uva y vinos de traslado). ¿Por qué no ocurre lo mismo con los insumos (caja, tetra, etc)? Porque estos tienen otras salidas. Si las bodegas pagasen poco por las cajas, las empresas cartoneras optarían por vender a otros sectores. Entonces, la uva para vinificar y el vino de traslado están cautivos del mercado del vino envasado. Si a éste le va mal, también lo padecerán aquellas materias primas. Además, en los últimos tiempos, el precio del vino de traslado viene perdiendo poder adquisitivo en una proporción mayor que el del vino en tetra. Es decir, se ha ampliado la brecha entre ambos precios. Situación que ha generado reacciones políticas, acusando a bodegas por los bajos precios. Sin embargo, también se observa que en los periodos buenos, con mejores precios del vino en tetra, los precios de la materia prima aumentan mucho más, como se dio en los años 2003-2004, y 2009-2010.
Como el negocio de los vinos genéricos (en tetra) tiene bajos márgenes de ganancias, mayores son las variaciones de precios de uvas y vinos. Según el IERAL, para el mediano plazo, hay dos tipos de políticas vitivinícolas. Unas más distribucionistas (hallar usos alternativos para la uva), que contribuyen a reducir la vulnerabilidad de los viñateros. Y otras que apuntan a mejorar el precio del producto final o a reducir los costos ‘no vitivinícolas’ (como el de la comercialización), que favorece tanto a viñateros como bodegueros. Estas últimas son las que permitirán que la vitivinicultura continúe siendo un motor de la economía provincial.