El Papa Benedicto XVI dijo ayer que el ‘gran pecado‘ de los hombres es actuar de manera presuntuosa por sí solos, competir con Dios, intentar ocupar su puesto y decidir lo que es bueno y malo, ser dueño de la vida y de la muerte. Ante varios miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano en una mañana soleada, pero fría, el Pontífice pronunció el tradicional mensaje de Navidad, en el que pidió el cese de la violencia en Siria, ‘donde ya se ha derramado demasiada sangre‘.