Como en una especie de recreo colectivo, los transeúntes y comerciantes se olvidaron de sus trámites por unos minutos y sus pasos acelerados se detuvieron para presenciar una demostración en homenaje al aniversario de la Patria. Con el tránsito vehicular ya cortado, empezó a sonar una milonga por los parlantes instalados en la plaza 25 de Mayo y una pareja de estudiantes de la escuela Alfredo Fortabat se apoderó de la calle para bailar su ritmo. Era la antesala del baile del Pericón Nacional, que estaba programado para ayer por la mañana en el marco del programa del municipio capitalino denominado "Las 4 estaciones del Bicentenario de la Patria". Y todo se hizo ante un abultado público que se amontonó en plena calle, en la intersección de General Acha y Avenida Central.
A la pareja tanguera, luego de muchos aplausos y vivas, le siguió un grupo formado por más de 100 integrantes de las 38 pistas de la salud de Capital y por bailarines del Ballet de la Tercera Edad, dirigido por Jorge Pechuán. Eran los encargados de bailar el pericón y, a falta de suficientes hombres, la mayoría de las parejas que invadieron la calle estaban formadas sólo por mujeres: unas vestidas de cortesanas y otras disfrazadas de hombres para acompañar a las primeras.
La calle se llenó de bailarines que tuvieron que amontonarse para no tropezar con los espectadores. "Y pensábamos tener muchos bailarines más. Pero como es viernes, muchos tenían que trabajar", comentó Andrea Avila, la profesora que dirigía a las mujeres de las pistas de la salud. Mientras un centenar de pañuelos celestes y blancos estuvo en alto, la multitud festejó gritando "viva la Patria".
El clima de fiesta se completó con las palmeras embanderadas de la plaza, con algunas personas que aprovecharon el evento para regalar escarapelas y algunas familias hasta vistieron a sus hijos de dama y caballeros antiguos para estar a tono con el evento. Entre el público, compuesto también por hijos y nietos de las bailarines, circularon caramelos de membrillo que una nena con vestido de dama antigua y una canasta fue repartiendo.
Todo se hizo bajo el título "Plaza 25 de Mayo, testigo excepcional" para recordar que ese espacio verde es uno de los testigos más valiosos de la historia de San Juan. "Esto es una confluencia entre el deporte y la cultura en la plaza central que, si hablara, sería la única testigo de lo sucedido en aquellos años", dijo el secretario de Cultura municipal, Eduardo Meglioli.
El acto continuó con el canto del coro de la escuela Fortabat compuesto por una quincena de chicos discapacitados que asisten a la pista de la salud de Concepción, como parte de sus actividades de integración con la comunidad. Y el cierre estuvo en manos de César Luis Bustelo, quien ofreció un recitado especial.

