Los parlantes ya estaban distribuidos alrededor de la Plaza 25, ayer en la siesta, para dar comienzo con el Vía Crucis de los Niños, organizado por la Iglesia Catedral. Pero el calor generado por el viento Zonda obligó a cambiar de escenario. La Pasión y Muerte de Jesús terminó siendo escenificada dentro del templo. La ceremonia contó con la presencia de unos 60 niños. Por la mañana, se había realizado otro Vía Crucis infantil en la Plaza de Trinidad, ese sí al aire libre.

El viento caliente no pudo atravesar las paredes de la Catedral. Pero, de todos modos, el calor adentro de la misma comenzó a hacerse intolerable. Es que de a poco comenzó a llenarse de niños de todas las edades que fueron para participar del Vía Crucis. El mismo comenzó a modo de cuento con el padre Rómulo Cámpora narrándoles a los chicos, con palabras sencillas y en forma resumida, qué es lo que iban a ver.

Los más chiquitos no entendían demasiado quién era ese chico que llevaba una cruz de palo sobre sus hombros ni por qué una chica con manto en la cabeza lloraba, pero todos prestaron atención a cada una de las estaciones. Sobre todo a aquellas donde los chicos personificaron a los soldados romanos, a Jesús, a María y a Verónica, vestidos con atuendos de la época. Pero la 12da. estación fue la que les provocó mayor asombro. Algunos chicos corrieron para adelantarse al grupo y poder ver bien de cerca esa estampa que mostraba crucificado al mismo chico que llevaba la cruz, mientras uno de los soldados romanos le clavaba una lanza.

Esta estación también fue la que había cautivado por la mañana a los chicos que participaron en el Vía Crucis organizado por la parroquia de Trinidad, ya que fue la única que personificaron.