Ni uno ni otro, sino los dos juntos. En Balde de Rosario, Valle Fértil, entre unos puestos con cabras y sus corrales está la capilla del pueblo, que cuenta con una particularidad: tiene dos patronos. Son San Isidro y la Virgen del Rosario y los habitantes los quieren por igual, al punto que nadie le atribuye más importancia a uno sobre otro. Es más, si hasta tienen dos fiestas patronales, la de mayo en honor a San Isidro y la de octubre para la Virgen.

La capilla de Baldes del Rosario, tal como se la conoce y no por una advocación en particular, empezó a construirse en 1949 y fue inaugurada el 15 de mayo de 1950. Y fue desde ese mismo momento en que llegaron los dos patronos al templo. San Isidro lo hizo de la mano de la donación del sacerdote Medina Suárez y la Virgen del Rosario por un intermedio de un vecino muy devoto. De hecho, el cariño por esta Virgen en el lugar viene de vieja data, ya que según los registros de la capilla, uno de los pioneros de la zona, Francisco Castro, le pidió a la Virgen del Rosario que si encontraba agua en un pozo, el puesto dejaría de llamarse Baldes de Castro para llevar el nombre de esta advocación de María. Y la promesa fue cumplida.

"Hubo un movimiento muy grande de los vecinos para dar una mano en la construcción de la capilla y absolutamente todo lo que se hacía quedaba anotado en las actas. Por ejemplo, uno donaba horas de trabajo, otros donaban palos, adobes, otro prestaba cierta cantidad de horas a su burro para usarlo en carros, era como si quisieran que nadie olvidara el granito de arena que aportaban", relató Clara Villafañe (56).

La capilla está a unos 300 metros al Este de la ruta 510, por lo que quedó a espaldas del pueblo. Sin embargo, hace 62 años estaba justo en el centro y a la vera de la huella que llevaba a Valle Fértil y La Rioja. Con la traza de la 510, el pueblo se fue moviendo y la capillita quedó entonces hacia el fondo, hoy cuidada por una religiosa que desde hace años vive en una habitación junto al templo.

El pueblo está a unos 45 kilómetros de San Agustín de Valle Fértil y hay apenas 50 casas, incluidos los puestos cercanos, como Los Rincones o San Antonio. Si bien se mantiene su modo de vida rural, hoy su economía tiene una fuerte impronta del turismo. La red de energía eléctrica entró al pueblo recién hace 5 años. Allí se hace la Fiesta del Queso y el Quesillo.