El árbitro boliviano René Ortubé cumplió una discreta labor, dejando dudas en una acción clave: el gol de Martín Palermo, el que sirvió para el 2-1 con el que se impuso agónicamente el seleccionado argentino ante los peruanos, por la penúltima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Sudáfrica 2010. Fue muy sensible en gran parte del primer tiempo a los roces contra los jugadores argentinos y recién en el segundo mostró mayor ecuanimidad pese a los reclamos de todo el estadio. En el final de esa última etapa, el árbitro, junto a su ayudante de ese sector, convalidó el gol de Palermo, que se encontraba en clara `posición adelantada. El referí del Altiplano se despidió ayer de la categoría de Internacional y lo hizo con un rendimiento acorde a sus antecedentes, muchos de ellos sufridos por equipos argentinos en varias ediciones de las Copas Libertadores y Sudamericana.