Además de la formación para realizar trabajos específicos en distintas empresas, los chicos especiales también tienen la opción de participar en talleres de arte. Estos están destinados a aquellos jóvenes y adultos que por diferentes razones no pueden hacer otras tareas, o simplemente, están más inclinados por lo artístico. Un caso puntual es el que lleva adelante Nadia Bula, docente de Artes Visuales del Centro Vida Nueva de la Escuela Aleluya, junto a Martín Martos y Cristian Guzman los martes y jueves por la mañana en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, y con Claudia Moreno y Natalia Baggio por la tarde. Allí aprenden, en una primera etapa, técnicas de pintura, dibujo y serigrafía, que luego vuelcan en obras para vender en ferias de arte y diseño.
Para este año también tienen previsto hacer, agendas y calendarios que significarán otros ingresos económicos.
Por otro lado otro grupo de chicos participa de un taller de serigrafía en los que se imparten nociones de diseño, gestión y venta de las remeras que actualmente están haciendo.
"La base de los talleres es desarrollar, en primera instancia, lo expresivo, y en segundo lugar, alcanzar una inserción cultural, social y laboral. Además hacemos encuentros con otras escuelas, como el Central Universitario, realizamos tareas al aire libre, para que los chicos estén incluidos en el medio social y el arte les brinda esa oportunidad", dice Nadia.
