Juan Carlos Pallarols dice que no recuerda cuando dejó de jugar para comenzar a trabajar, y no sólo porque aprendió el oficio de orfebre desde niño, sino también porque lo siente y vive como un juego donde pone todo su entusiasmo, imaginación y creatividad, pero con toda la seriedad que merece este legado familiar.

Pallarols se convirtió en el rey del cincel y el martillo, siguiendo las enseñanzas de su padre y de su abuelo, dos reconocidos orfebres del país. Pero fue él quien hizo trascender su arte por todo el mundo convirtiéndose en el artista elegido por grandes personalidades como los Reyes de España, la princesa Máxima Zorreguieta, Plácido Domingo y todos los presidentes que asumieron el mandato del país desde 1983 hasta la actualidad.

Este artista sostiene que todas sus obras son importantes, pero que si tuviera que elegir sus piezas favoritas, elegiría los bastones presidenciales y el cáliz que realizó especialmente para la Misa por la Paz que el papa Juan Pablo II celebró en Buenos Aires en junio de 1982, en plena Guerra de Malvinas.