El brillo del bronce de la carrocería, la bocina de goma y la manivela para darle arranque hacen que hasta el más desinteresado en autos mire su andar. Se trata de un Fiat 53 A que con 100 años hace que un paseo en él parezca un viaje en el tiempo. El auto, que es el único en este modelo que todavía funciona en el país, fue restaurado por Juan Coralli, quien lo convirtió en una joya de colección.
Lo consiguió a cambio de una pulsera de oro hace 32 años y hace casi 10 comenzó a restaurarlo. Apenas hace dos meses empezó a andarlo y desde ese día no puede ocultar su sonrisa al hablar del auto. Tiene todo original y a pesar de ser de 1912 pareciera que aún conserva el olor a nuevo.
Por el orgullo que tiene, Juan asegura que no piensa en venderlo, razón por la que no tiene idea de cuánto puede valer el auto restaurado. Lo que tampoco sabe es cuánto le costó el trabajo. ’No quería anotar cuánto gastaba porque me iba a volver loco. Es que muchas cosas las compre en dólares’, dijo y dio como ejemplo que la bocina le costó 2 mil dólares.
Aunque le gustaría poder exponerlo más, asegura que esto es medio costoso. ’Para llevarlo a un desfile tiene que tener combustible y llenarle el tanque me cuesta 500 pesos’, dijo.
El auto italiano mide 2,35 metros de alto y 4 metros de largo. Tiene porta equipaje y lugar para 7 personas. No tiene ventanillas pero está preparado para instalarle un guardafalda para cubrirse las piernas del frío. Era usado para competir y alcanzaba los 120 kilómetros por hora, pero en la actualidad no supera los 80.

