La coyuntura en la Capital pone al bloquismo entre la espada y la pared. La discusión de fondo es la continuidad o no del Convenio Colectivo de Trabajo que sancionó la gestión del fallecido bloquista Javier Caselles y que el intendente Marcelo Lima quiere reformar por inaplicable. Ese antecedente deja al partido de la estrella en un aprieto difícil de eludir, porque por un lado no quiere renegar de lo actuado por el ex intendente, que es hermano de la actual presidenta de la fuerza, Graciela Caselles, y por el otro no pierde de vista que la sociedad electoral que armó con el justicialismo le permitió ganar las bancas que ostenta en la Capital y en el Congreso. La disputa con el SUOEM llevó a que la cúpula del bloquismo se reuniera para analizar los pasos a seguir. Quedaron en intentar un equilibrio entre el apoyo que necesita su socio, entiéndase la gestión de Lima, para reformar la norma y la letra que impulsó Caselles con la aprobación del caudillo bloquista Don Leopoldo Bravo. Conclusión: fuentes del partido dijeron que no votarían la derogación lisa y llana del Convenio y que en todo caso, podrían evaluar acompañar una ordenanza del Ejecutivo para abrir la discusión y modificar parcialmente lo que no se puede cumplir. Sabiendo de esta situación, en el municipio aseguran que con cánticos e insultos, el SUOEM está presionando a los bloquistas para que no jueguen con el PJ. El que más duda, aseguraron fuentes calificadas, es el edil Miguel Pérez, porque es de planta permanente y si vota en contra del gremio, considera que la tendrá complicada cuando le toque volver al municipio como un empleado más. La posición bloquista es clave para el oficialismo. Pasa que para la reforma hace falta dos tercios de los concejales, es decir 8 votos. Y ese contexto no le deja a los peronistas otra opción que buscar aliados para llegar al mínimo. El bloquismo sólo le puede aportar dos más y eso pone en una situación de privilegio a Actuar, el otro bloque mayoritario con 5 bancas. Ahí, todo parece más complejo. Los ediles no se ponen de acuerdo y por ahora, nadie se anima a arriesgar si acompañarán. Lo cierto es que hay un fuerte debate interno, aunque coinciden en que así como está, el acuerdo no se puede cumplir. El otro tema sensible es el caso de los vendedores ambulantes, habilitados por Lima para trabajar fuera de la peatonal y circulando. Hace falta una ordenanza especial, pero en el bloquismo y en Actuar dicen que no tienen posición tomada porque no conocen el proyecto.
