Lindas, ganadoras, divertidas y, especialmente, fanáticas de la adrenalina. El automovilismo sanjuanino está viviendo una verdadera revolución con la incursión de cuatro mujeres que compiten en diferentes categorías, en un deporte que tradicionalmente fue masculino en la provincia y que como antecedentes tenía esporádicas y solitarias incursiones femeninas. Este año, las chicas entraron con fuerza a los campeonatos de Velocidad en Tierra de Caucete y de Autos de Travesía.

Y la participación de las cuatro mujeres no se queda en lo pintoresco pues van rápido en sus autos y empezaron a derrotar a los varones. Se trata de Yael Maya, Micaela Coralli, Vanesa Pérez y Emelí Castro, quienes relegan familias, amigos y gustos con tal de acelerar a fondo.
La más pequeña de las pilotos es Micaela Coralli. Tiene apenas 15 años y un futuro prometedor. Empezó a competir a fines de 2013, cuando su padre le preguntó si quería que le comprara un auto de carrera que había abandonado un allegado, un Renault 9 que ella rápidamente pintó de color rosado. ‘En mi primera carrera tuve un toque y mi auto casi volcó. Pero después fui sumando experiencia y este año voy segunda en el campeonato. En la última fecha, me tocaron y volqué en la clasificación, pero recuperaron el auto para la Final y después de largar última, terminé segunda’, contó Micaela.

Yael Maya tiene 21 años y es tan apasionada por los autos que también empezó a estudiar Mecánica. Durante cinco años acompañó a su padre, Lucas, como copiloto en el campeonato de Travesía, en un arenero. Hasta que el año pasado pudo, con ayuda de sus padres, comprar su propio arenero con motor 1.400cc, al que bautizó la ‘Tenebrosa’. Debutó en octubre del 2013 en una carrera nocturna y ganó, mientras que este año fue segunda en la primera fecha del torneo de ASAT. ‘Amo los autos y especialmente el mío. Lo trato como una persona. Es más, le pegué la foto de un niño que auxilié en un accidente que hubo en la ruta, pero que no pudimos salvar. Se me murió en los brazos y no lo voy a olvidar nunca. Se llamaba Lucas y tenía 18 meses. Él es el angelito que me acompaña en las carreras’, contó Yael.

Emelí Castro corrió en karting a los 12 años y volvió a subirse a un auto de carrera recién el año pasado, cuando su papá (que es mecánico) empezó a armarle un Fiat 600 para el ‘Tierrero’ de Caucete.
De las cuatro carreras que disputó, en dos terminó segunda. ‘En las otras abandoné por fallas mecánicas, por lo que de haber terminado quizás subía al podio. El automovilismo es adrenalina y eso es lo que más me gusta. Es la sensación de acelerar y buscar el límite en la pista’, afirmó Emelí, quien es oficial de Policía.
Natalia Pérez tiene 30 años y aunque ama el automovilismo, apenas había podido competir como copiloto en algunas carreras. Mamá de Santiago y Lautaro, este año sintió que tenía que cumplir un sueño, así que compró un arenero (categoría Monoplaza del campeonato caucetero) y corrió por primera vez. Fue cuarta y segunda en las pruebas que disputó y no tiene problemas en ayudar a los mecánicos en el taller donde preparara su unidad.

‘Después que me separé decidí empezar a vivir lo que antes no podía hacer. Y creo que en el automovilismo se da que no participan más mujeres porque no nos animamos o porque aceptamos que nos digan que no’, confesó Natalia.