’Hasta la primera mitad del siglo XX los roles adjudicados a varones y mujeres estaban estereotipadamente divididos. A partir de la segunda mitad del siglo comienza el cambio, principalmente, por la inserción masiva de las mujeres en las universidades lo que trajo aparejado su lógica inserción en el ámbito laboral. Esto llevó a que los hombres tuvieran que colaborar con las tareas hogareñas. Hoy estos cambios están más naturalizados, lo que no significa que dejaron de generar conflictos en la pareja, ya que lo mandatos y modelos sociales no han terminado el proceso de cambio. Para muchos que un varón limpie el baño o que cocine para sus hijos, no está tan bien visto’, Aída García, psicóloga.