Desde que arribó Enrique Hrabina a San Martín remarcó que su sistema de juego se podía modificar de acuerdo al rival y dónde jugara su equipo, si de local o visitante. Esa mutación, que tan buenos resultados dio en el comienzo del torneo cuando salió de Concepción, desde hace un par de fechas ya no resulta tan positiva. Al menos en los fríos números, pues anoche encadenó su segundo traspié consecutivo como visitante.

El 4-4-2 que le dio la primera victoria en el historial ante Belgrano en Alberdi, por la segunda fecha, fue a base de pura efectividad. Con Merlo, en el impresentable campo de juego del estadio de Fénix, por un error en la marca tras un centro y a tres minutos del final se sumó un punto y no tres. Ante Quilmes volvieron las opciones de gol a contarse por varias, aunque el déficit estuvo en la puntería y eso se pagó caro.

En la dura y fría Bahía, el naufragio llegó sin mayores atenuantes. “Otra vez nos metimos muy atrás”, evaluó Torresi tras la caída y la pérdida de la punta. ¿Será el momento de cambiar?