En una agobiante jornada de calor, donde los registros térmicos marcaron 40 grados a las 18; sus hijos, familiares, amigos, colegas y alumnos se acercaron a la cochería San José (donde su cuerpo fue velado desde la mañana) para rendirle tributo a Hugo de la Torre, antes de que el cortejo fúnebre lo condujera a su última morada en El Mirador.
Entre manifestaciones de cariño, rostros marcados por la nostalgia y la tristeza, el entrañable guitarrista tuvo su despedida final.