Parecía increíble: la humilde casa de la familia Alaniz, en Villa Unión (Chimbas), parecía haberse convertido en el ingreso a un recital. Colas para entrar a la casa, gente que se asomaba por los alambrados que dividen los patios, gritos por una foto o una firma fueron las postales más comunes. Y todo esto porque adentro de la vivienda precaria, que fue consumida a principios de mes por el fuego, se encontraba una de las últimas estrellas que lanzó la movida tropical de Buenos Aires. Es que gracias a la solidaridad de los vecinos y de la radio comunitaria Zona,

Antonela Mattei, la voz de la cumbia romántica de apenas 18 años, visitó ayer a la familia sanjuanina.

Todo comenzó el 4 de enero pasado, cuando el fuego devoró toda la casa. El ranchito, ubicado en el corazón de Villa Unión, quedó destrozado. Y tras ver las murallas destruidas, la cara de tristeza del matrimonio y la falta de posibilidades para salir adelante, se unieron los vecinos, la Unión Vecinal de la villa y la radio comunitaria Zona con el objetivo de colaborar para levantar nuevamente ese hogar.

Fue en medio de ese movimiento solidario que la gente de la radio se comunicó con Antonela, que conmovida por la historia decidió viajar a San Juan para ser parte del festival que se vivió anoche en la puerta de la vecinal de Villa Unión, donde además tocaron ‘La tigresa sanjuanina‘ y Raúl Baca. Pero antes de ese show Antonela mostró su lado solidario, y haciendo eco de su calificación de chica humilde, sencilla y piba de barrio (que recibió en el ambiente bailantero) fue que decidió conocer en persona a la familia damnificada. Y ahí empezó el espectáculo que brindó para los vecinos y en especial para Vicente Alaniz (el cartonero de 62 años) y su señora.

‘Nunca me imaginé que la gente me recibiría así’ contó Antonela que emocionada por el cariño recibido de los chimberos cantó a capella, desplegando el ritmo de la cumbia santafesina, unas estrofas de ‘Como una loba’, su canción más conocida. Entonces los ojos llenos de lágrimas del matrimonio Alaniz fueron suficientes para agradecer el enorme gesto de la joven, quien sin ningún fin de lucro, participó del festival solidario.

Los aplausos y los besos colmaron de alegría a Antonela, que saludó a los vecinos que desde hacía horas la esperaban amontonados en las calles de piedra y al rayo del Sol. ‘Estamos muy agradecidos’, dijo Vicente, quien en ningún momento se despegó del lado de su señora, quien seguía con la mirada la euforia de los vecinos que habían copado el patio de su ranchito, que aún conserva rastros del voraz incendio. ‘Me encanta la gente que ayuda a otra, por eso sin pensarlo cuando se contactaron de la radio conmigo dijimos: tenemos que estar ahí’, dijo la joven santafesina que se ha convertido en toda una promesa de la movida tropical.