La sonrisa, el movimiento libre de los brazos, saltos con las piernas abiertas, figuras en el piso. Todo valió para que los artistas se mostraran en el casting del espectáculo de cierre de la próxima Fiesta del Sol, que comenzó ayer. Esta vez, el grupo encargado de seleccionar a quienes estarán en el escenario del autódromo pidió soltura, alegría y espontaneidad, en vez de técnica.

‘Tengo una pregunta. ¿Lo que se va a bailar en el espectáculo va a ser contemporáneo. Yo estoy dispuesto a aprender, pero lo mío es el folclore y el tango?‘, dijo uno de los bailarines del casting parado sobre la pista negra colocada en el Centro Cultural Amadeo Conte Grand. ‘Vos no te preocupés. No queremos verlos bailar un estilo, sino que estén abiertos, libres, que pongan ganas‘, le contestó fue Alejandra Lloveras, quien forma parte del tribunal que observa las performances.

Con esa idea se desarrolla el casting que comenzó con la prueba de bailarines y seguirá con la actores, malabaristas, zanquistas y acróbatas (ver aparte). Es que, el show del 2012, cuyo tema será ‘El vino argentino, bebida nacional‘, tendrá el estilo de comedia y la destreza de los artistas sobre el escenario será esencial para hacer reír al público.

Los chicos llegaron separados por horarios, en grupos de 20 personas, y se acercaron a buscar el número con el que el jurado los identifica. Allí, comenzaron con el calentamiento de sus músculos practicando rápidamente una serie de pasos que, luego tuvieron que mostrar en la prueba.

Nadie perdió el tiempo mientras esperaba la audición. El pasto del exterior del Centro Cultural sirvió como sala de ensayo y se vio a muchos chicos descalzos y marcando la coreografía.

Adentro se encontraron con música elegida por el jurado para observar el nivel de interpretación de cada artista. ‘Es música dinámica, con la que los bailarines pueden desplazarse bien por el escenario mientras marcan el ritmo‘, explicó Lloveras.

Al momento de entrar, el grupo de bailarines se ubicaba en la pista. Debía cumplir 3 secuencias. En la primera, la música que comenzaba a sonar era instrumental y los artistas debían moverse libremente. La clave era ocupar todos los espacios. Para mostrar todas sus habilidades, algunas chicas terminaban con la piernas abiertas a 180 grados sobre el suelo. Los chicos saltaban alto y la mayoría inclinaba sus pies para caer al piso.

Después llegaba la hora de mostrar los dotes actorales siguiendo los pasos que les habían marcado. Con dramatismo caminaban hacia adelante, se frenaban de golpe, estiraban su cuerpo hacia atrás y movían su cabeza.

La tercera secuencia era en la que se plasmaba la diversión.

Todos comenzaban haciendo sonar sus dedos y moviendo los hombros. La exigencia en este caso era la sonrisa. Y todo era tan movilizante que en la mayoría de las pasadas, Lloveras e Irene Ferreyra (otra miembro del jurado) se paraban y realizaban movimientos exagerados para incentivar a los chicos.

Mientras, Ariel Sampaolesi, el tercer integrante, miraba cada gesto de los bailarines con atención.

Después, algunos bailarines salían con sonrisas y otros con caras e decepción. Es que los nervios no jugaban una buena pasada sobre la pista, ya que lo que se buscaba era distensión. Ahora, tendrán que esperar hasta la semana que viene para ver las listas de artistas seleccionados.

Los momentos