Todo es válido a la hora de concertar una cita, aunque más no sea pasajera. Para eso, el mundo tecnológico brinda un sin fin de herramientas de comunicación. San Juan no escapa a esta tendencia que se da en todo el mundo y sólo hace falta usar Facebook, Twitter y otras alternativas menos usadas (ver aparte), para contactarse con el alma gemela, aunque sea pasajera.

Gisel, (no quiso dar su apellido) estudiante de Inglés de la UNSJ, es un ejemplo de esto. La chica contó que descargó la aplicación Tinder y

y durante seis meses se dispuso a charlar con individuos que en principio buscaban lo mismo. Pero luego de intercambiarse los Facebook y celulares, la comunicación se cortó porque no era lo que ella esperaba. Con tres personas llegó a concretar encuentros, pero no llegaron a nada. "En Tinder te encontrás de todo: novios de compañeras, políticos, tipos que suben fotos de sus familias, hombres casados", dijo Gisel.

Para la psicóloga Paula Seminara "mucha de la gente que recurre a estas estrategias lo hace sólo para recibir halagos y tienen una tendencia a la ‘adolescentización’".

Las aplicaciones son variadas y para una amplia gama de gustos. Al menos es lo que contó Luis, un contador de 28 años, que bajó a su celular Baboo. "La gente de este sitio es de medio pelo y yo busco algo con más nivel", contó y agregó que inmediatamente cambió a Tinder, donde ya lleva concretado más de diez encuentros. Agregó que todos fueron casuales y que no llegaron a una relación seria.

Pero no todo es color de rosa en estos contactos tecnológicos. Suele haber malos entendidos, malas interpretaciones y encuentros que pueden terminar en desastre. Al menos eso es lo que contó Laura, estudiante de Ciencias Económicas de la UCC. "Lo conocí por la red. La conversación era permanente y hasta me llamaba por teléfono. Era mendocino, pero con el paso del tiempo ponía mil excusas para evitar el encuentro físico. Luego investigué y me enteré que se estaba por casar", contó la chica.

"Existe cierto empuje característico de nuestro tiempo al ‘un poco más’, un imperativo a ser feliz, gozar más, tener más sexo, y más satisfactorio, más amigos. No se podría devastadoramente criticar las redes, sólo evidenciar que se nos complica el encuentro cara a cara y de allí estos medios parecen ser ‘necesarios’, tanto como que si no participamos de ellos nos sentimos ‘fuera’", dijo la especialista, quien agregó además que "el lenguaje mismo ha cambiado: ‘necesito desenchufarme’, ‘conectate con lo que hacés’, ‘no puedo dejar de maquinar’, ‘ponete las pilas’. Difícil sería negar lo que está patente, a la altura de la época, invadiendo los sentimientos más íntimos", dijo.

Fueron los amigos quienes insistieron a Rodrigo, de 17 años y estudiante de secundaria, para que se iniciara en el tema de las aplicaciones. El chico empezó buscando una novia, pero se encontró a la que hoy define como su mejor amiga. "Nunca esperé encontrar una persona que fuera tan comprensiva, tenía muchos prejuicios, busqué por varias vías: Tinder, Baboo, Be2 y realmente encontré a una amiga", dijo Rodrigo.

En el mundo de la red, además, hay sitios destinados a quienes buscan personas de su mismo sexo. Alejandro, de 32 años y comerciante, incursionó en este mundo luego de decir abiertamente su elección sexual y hoy hace tres años que está junto a Emanuel. "Habíamos coincidido en Tinder, pero pasaron tres semanas y no nos habíamos hablado, hasta que llego el primer ‘hola’ y de ahí nunca más dejamos de chatear", aseguró.

Sin embargo, los especialistas hacen hincapié en los cuidados que hay que tener a la hora de generar contacto personal porque no se sabe con quién se encontrará. "La mayoría de la gente miente cuando confecciona sus perfiles o en las primeras charlas, es por ello que la tranquilidad es una aliada y tratar de conocer en la medida en que se pueda por estos medios al candidato/a", dijo Seminara.