Pasaron de sentir 4 grados de temperatura a sufrir con 41. Estuvieron en el medio de tormentas de lluvia y granizo. Y llegaron todos quemados por el Sol. Pero al preguntarles qué fue lo más complicado del viaje, todos los integrantes del grupo respondieron que el viento. Las ráfagas fuertes y constantes de la zona de la Patagonia tiraron a muchos de los ciclistas mientras intentaban pedalear, los sacaron de la ruta y, en más de una oportunidad, tuvieron que desistir y parar la marcha porque el viento no los dejaba avanzar. Ese fue el motivo que hizo que el viaje se les hiciera largo; normalmente circulan a una velocidad de 30 a 35 km/h, pero en las zonas ventosas sólo podían avanzar a 7 km/h. Estuvieron más de 15 días luchando con ese clima, hasta que al llegar a Esquel, en Chubut, el paisaje agreste cambió por el valle y el viento dejó de soplar. Teniendo en cuenta estos factores, los integrantes del grupo contaron detalles del viaje. *La mayor dificultad. El clima y el viento de la Patagonia. Sobre todo en Santa Cruz y en la mitad de Chubut. El viento los obligó a realizar algunos trechos en vehículo, a refugiarse al costado de la banquina, a caminar con las bicicletas al lado y a circular encolumnados. * El mejor lugar. Los ciclistas recuerdan Esquel como el lugar que más disfrutaron al llegar. Es que ahí, la aridez de la tierra y el clima ventoso cambiaron por un valle verde, una temperatura agradable y calma ambiental. * El lugar más complicado. El tramo más difícil fue uno de 60 km, en la zona que está desde el centro de Santa Cruz hasta Río Gallegos, donde tuvieron que pedalear contra el viento, sobre el ripio y pasando por serruchos. * Lo más llamativo. La solidaridad de la gente con la que se toparon fue la mayor sorpresa del viaje. Muchas personas los recibieron con amabilidad. Una de las muestras más concretas es que habían llevado carpas para usarlas cuando no tuvieran dónde pasar la noche. Durante todo el viaje sólo las armaron una vez. En el resto de los casos los lugareños, Gendarmería o la Policía les brindaron lugar para dormir y les ofrecieron comida. * Lo que más extrañaron. La familia fue lo que más añoraron. Según contaron es muy difícil ver lugares tan hermosos y no poder estar ahí con sus seres queridos para compartirlo con ellos. * Lo mejor del viaje. El compañerismo y la cosas que vivieron juntos es lo que más destacan. Según contaron fue difícil porque todos son distintos y tienen edades diferentes, pero lograron superar los inconvenientes como un grupo unido. * El futuro. Algunos piensan seguir haciendo viajes en bicicleta, pero dentro de la provincia. Otros ya sueñan con unir San Juan con La Quiaca.