Ser oriundo de Albardón y fanático del básquet fueron las principales razones que llevaron a Sergio Albornó a emprender una campaña solidaria para recuperar el único club donde se practicaba este deporte en ese departamento. Se trata de El Tala, que estuvo más de 40 años abandonado y que comenzó a renacer gracias a la intervención de este hombre y a la ayuda de los vecinos. En sus épocas de esplendor este club contaba con un equipo masculino y uno femenino que participaban en diferentes competencias a nivel departamental y provincial.
El Club de Básquet El Tala fue fundado en 1945, gracias a que un médico donó el terreno para su construcción en calle Tucumán y Nacional, en la Villa San Martín. Lo donó a un vecino que con otros lugareños formaron una comisión para hacer nacer el club. Funcionó por 30 años y hasta que el socio fundador falleció y se disolvió la comisión. Las llaves del lugar quedaron en manos de un vecino que se encargó por un tiempo de abrir el club cuando algún grupo de chicos quería jugar al básquet. Lo hizo hasta que nadie más se interesó por usar sus instalaciones. Esta es la historia que Sergio Albornó, profesor de básquet en la UNSJ, pudo reconstruir en su búsqueda por resucitar este lugar y la práctica de este deporte. ’Desde que cerró definitivamente este club se dejó de practicar básquet en el departamento. Quise empezar a dar clase pero no tenía un lugar dónde hacerlo. Buscando, me enteré del Club El Tala. Le pedí las llaves al vecino y me las entregó sin objeciones. La idea es formar una nueva comisión para que el club vuelva a funcionar a pleno’, dijo Sergio Albornó.
La primera tarea que emprendió el hombre junto a un par de amigos fue limpiar el lugar que estaba cubierto de arbustos. También, pedir ayuda a los vecinos, cosa que no se hizo esperar. ’La gente se entusiasmó mucho con la idea de reabrir el club y nos ofreció ayuda. De la ferretería que está cerca nos donaron la pintura para los muros y el portón de ingreso. Otro vecino nos donó tres pelotas para cuando comencemos con las clases’, dijo Albornó.
Esta campaña para recuperar el club llegó a oídos de una radio local que se sumó a la misma. A través del Face dio a conocer el trabajo de Albornó y propuso armar una red de amigos para colaborar. De esta manera llegó más ayuda y comenzaron a verse los resultados. ’Logramos reparar los aros y emparchar un poco el piso. Así pudimos hacer el sábado pasado un partido de exhibición y solidario con equipos de la UNSJ. La entrada fue una alimento o ropa que después donaremos a los necesitados’, dijo Albornó.
Renovar parte de las instalaciones y realizar el primer partido de básquet fue el disparador para que los vecinos se interesaran, además de ayudar, en inscribir a sus hijos para la práctica de básquet. ’Ya hay 50 niños en lista de espera para comencemos con las clases. Eso va a ser cuando logremos dejar todo a punto. Aún tenemos que instalar los servicios de luz y agua y rehacer los baños. Por eso pedimos más colaboración’, dijo el profesor.

