Desde 1947 a la fecha, cuatro bloquistas llegaron a la Embajada de Rusia. Y Leopoldo Alfredo Bravo fue el tercer Bravo en ocupar el cargo porque su padre, don Leopoldo, y su tío Federico -fallecido la semana pasada- cumplieron esa misión diplomática en 1953 y 1989, respectivamente. Quien inició la saga fue el fundador del Partido Bloquista, Federico Cantoni. La historia empezó cuando tras las elecciones de 1946, Perón designó a Cantoni en un cargo clave. Le tocó la difícil tarea de armar la sede diplomática en la entonces URSS, que estaba aislada del mundo por el régimen comunista que encarnaba. Cantoni viajó a Moscú acompañado por una delegación de sanjuaninos entre los que destacaban dos jóvenes: Leopoldo Bravo, que iba como encargado de negocios, y Federico Bravo, como secretario privado. Tras la renuncia de Cantoni, en 1953, Leopoldo se hizo cargo de la sede diplomática en Moscú. En 1955, cuando Perón fue derrocado, Bravo dejó la embajada. Durante el gobierno de facto, en 1973, don Leopoldo fue nuevamente designado embajador. Estuvo hasta 1981, cuando pasó a gobernar San Juan durante la dictadura y luego lo eligió el voto popular. Durante las primeras luces de la democracia, el apellido le sirvió a Federico llegar también a embajador. Fue designado por el ex presidente Raúl Alfonsín. Leopoldo Alfredo Bravo fue desde 2002 encargado de negocios de la delegación diplomática y en el 2006 Néstor Kirchner lo nombró al frente de la embajada.
