Un buen par de anteojos son una inversión, por lo tanto es importante cuidarlos para asegurarse una larga vida útil.
Para preservarlos basta con seguir ciertos pasos:
-Limpiar la montura y los cristales con agua jabonosa una o dos veces por semana y secarlas con un paño blando, limpio y absorbente.
-Higienizar los cristales diariamente usando productos específicos y secándolos con un paño adecuado.
-Protegerlos con una funda acolchada, preferentemente dura, para evitar que una caída los rompa.
-Colocar siempre los anteojos con los cristales hacia arriba, así se evitarán rayones.
-Mantenerlos lejos del calor intenso, las estufas y el fuego.
-Las patillas suelen abrirse con el uso reiterado. Mantenerlas ajustadas llevándolas cada tanto a la óptica.
