El 6 de septiembre del año pasado, el asistente del ECO Carlos Flores (21) encontró tirada en la cuneta la cartera de una supervisora del Ministerio de Educación. Tenía un sueldo recién cobrado y tarjetas de bancos, incluso con las claves de acceso anotadas en un papel. El empleado comunicó a sus superiores del hallazgo y comenzó la búsqueda para hallar a la mujer, a la que encontraron unas horas después. Carlos contó por entonces que nunca se le cruzó por la cabeza quedarse con la cartera, pese a trabajaba para poder pagarse los estudios.