En la plaza Independencia y en alrededores de la parroquia Santa Bárbara, en Villa Aberastain, Pocito, había no más de 30 vecinos que se acercaron ayer a ver el acto por el 193er aniversario de la declaración de la Independencia. En el lugar estuvieron presentes, para conmemorar la fecha, uniformados de Gendarmería Nacional, del RIM 22, Policía Federal y de San Juan. Además participaron de la celebración y del Tedeum más de 30 funcionarios del Gobierno. El desfile fue suprimido para no aglutinar gente por temor a la gripe A y la mayoría de los vecinos hicieron caso, se quedaron en sus casas. También hubo cancelación del desfile otras 2 veces en esta década, pero por el clima. Ayer además hubo festejos sin movilización en Jáchal, 9 de Julio, Albardón y Capital. Y la postal de desierto fue la marca común en todos estos lugares.
Dos niñas en un columpio y tres mayores en un banco conformaban la totalidad de los espectadores al comienzo del acto en Pocito, cuando los uniformados saludaron a los funcionarios. Y ya dentro de la parroquia, en el posterior Tedeum que ofició al arzobispo Alfonso Delgado, sólo hubo 6 vecinos. Los demás eran funcionarios, uniformados y periodistas.
En la parroquia, Monseñor hizo referencia a la importancia del amor, la justicia, la verdad y la caridad en la sociedad actual. Y también habló de la responsabilidad de las instituciones gubernamentales en el camino de San Juan y Argentina. Y a DIARIO DE CUYO le comentó que "me da la impresión de que hubo una reacción tardía en cuanto a las medidas tomadas contra la pandemia a nivel nacional, pero no tengo elementos técnicos para determinarlo". Y agregó que "San Juan fue una de las primeras provincias en declarar la emergencia sanitaria y acá se está disponiendo de todos los medios para afrontar la enfermedad". Se lo consultó porque desde la Iglesia Católica a nivel nacional, el vicepresidente segundo del Episcopado, monseñor José María Arancedo, trató de "tardía" la reacción del Gobierno de la Nación.
En cuanto a las suspensiones de los desfiles del 9 de julio, en 2001 la nieve y el viento azotaron la provincia. Y en 2007 también nevó, pero sin vientos. En ambas ocasiones hubo actos sin movilización para cuidar la salud de los escolares que planeaban participar.