Ni bien Julia Carrizo vio llegar a DIARIO DE CUYO se puso a llorar. Luego de que se desahogara por un par de minutos dijo que se sentía en paz ‘porque ese asesino va a tener lo que merece’. Es la madre de Estela Bustos, que sigue viviendo en la casa donde Fretes mató a su hija. Contó que aún le parece verla y escucha su voz. Y que extraña a sus nietos.
A pesar de que tuvo la oportunidad de mudarse, la mujer prefirió quedarse junto a Domingo Castro, su marido, en la casa del barrio Las Alondras, en Chimbas, donde su hija fue asesinada. Se quedó por temor a que desvalijaran o usurparan la vivienda si quedaba sola. ‘Ya vivíamos aquí con mi hija cuando ese asesino de Fretes la mató. Después de eso tuvimos la posibilidad de irnos a otra casa, pero no quisimos. La tenemos que cuidar porque es el único bien que tienen mis nietos. Pero duele mucho estar aquí sin Estela y sin los niños. A veces siento que ella me llama o me parece verla haciendo la comida. Como la casa ahora es grande para nosotros dos solos, hemos dejado cerrada con llave la habitación donde dormía mi hija porque no queremos ni entrar a ese lugar’, dijo la madre de la víctima.
Hace poco, Julia sufrió un ACV y quedó con dificultades para movilizarse, razón por la que pocas veces va a ver a sus nietos. Pero, tampoco los invita a que la visiten, ya que no quiere que entren en la casa, al menos por un tiempo más. ‘No quiero que sufran de nuevo como me sucede a mí todos los días. Cada vez que cierro los ojos me parece ver a mi hija muerta sobre la cama. Espero que ahora, que ese asesino va a estar preso de por vida, ella pueda descansar en paz’, dijo la mujer.

