A Walter Alcaraz (23) le dolió más una respuesta que su tobillo en carne viva, con los huesos a la vista. Cuando preguntó a los médicos si podría seguir bailando, le respondieron que probablemente no. El es uno de los 21 bailarines de la Fiesta del Sol accidentados el 21 de febrero pasado en el autódromo El Zonda-Eduardo Copello, cuando una parte del escenario cedió y cayeron a un pozo de más de 6 metros de profundidad, a un día de la inauguración de la feria. Y a casi 3 meses del hecho, Walter espera por una operación en su tobillo que, dijo, no se concreta porque el Gobierno no habilita el dinero necesario para afrontarla, ya que el seguro funciona por reintegros. Paralelamente, un grupo de bailarines que hacía rehabilitación en una clínica privada denunció que desde el 11 de mayo pasado, esta terapia quedó suspendida por falta de pago a los profesionales.

"Yo fui uno de los primeros que cayeron y, entre otras lesiones, la más grave fue una fractura en el tobillo. En Urgencias del hospital Rawson me pusieron un yeso sobre la herida y quedé internado, a la espera de que se redujera la hinchazón. Pese a que me quejaba, nunca trataron de ver qué pasaba con la herida. Hasta que un día llegó un médico y pidió que me abrieran el yeso. Ahí descubrieron una gran infección’, contó Walter, vecino del barrio Los Pinos, Chimbas. "De urgencia me hicieron una limpieza, que fue sacar piel y carne a los dos lados del tobillo, hasta dejar los huesos visibles. Fue algo muy doloroso, de lenta recuperación y que obviamente retrasó la operación’, agregó Walter.

Sin embargo, según el bailarín, ya su herida está cicatrizada y el 9 de mayo pasado le dieron el OK para la cirugía reconstructiva del tobillo, en la que utilizan distintos metales para unir los huesos. "Cuando pensé que por fin se empezaba a solucionar mi problema, me enteré que ya no hay fondos del Gobierno para pagar la operación. Para colmo, el médico me dijo que mientras más tiempo pase, va a ser peor’, dijo.

Walter es el cuarto de cinco hermanos e hijo de una mamá que trabaja de empleada doméstica. La hermana mayor del bailarín es empleada de un taller de costura y entre las mujeres llevan la casa. El bailarín, becado del Instituto Duncan, estaba haciendo el cursillo para entrar a Biología cuando sufrió el accidente.

De chico Walter empezó a bailar, primero folclore y luego jazz y clásica. Fue parte del cuerpo de bailarines en todos los espectáculos de la Fiesta del Sol, hasta el día que se cayó una parte del escenario. "La noche del accidente me cambiaron de lugar, porque estaba a un costado y me pusieron justo al medio de la parte que se cayó’, dijo.

Por otro lado, Cecilia de Pasetti, a cargo del Instituto Duncan y que tenía a su cargo la capacitación de los bailarines, dijo que la nueva partida de fondos del Gobierno para afrontar los gastos médicos tiene un retraso y que a más tardar el lunes estará disponible. Consultado el ministro de Turismo y organizador de la Fiesta, Dante Elizondo, no dio una respuesta a este diario.