San Juan, 16 de enero.- Con tan sólo 30 años, carga en sus espaldas el drama de haber quedado viuda sorpresivamente, ser sacada de la casa que habitaba y no tener un techo para sus cuatro hijos. Se trata de Jaquelina Conejero quien actualmente vive de prestado en una humilde vivienda al ingreso de la Difunta Correa y pide que alguien le consiga donde vivir.

La mujer afirma estar acostumbrada a los golpes, pero aclara que ver a sus hijos durmiendo en un colchón en el suelo es algo que no puede soportar. “La única nena que tuve (tiene 4 varones) falleció de muerte súbita con sólo dos meses, después a mi marido le dio un infarto y quedé sin nada”, contó la joven madre quien por entonces vivía en Marayes y afirmó que tras el fallecimiento de su marido Omar los problemas se adueñaron de su vida.

“Vivía en una casa que me prestaban los padres de él, pero mi suegro tomaba mucho, quiso abusar de mí y decidí irme con los nenes. Todo lo que quiero es protegerlos y que lleven una vida normal con educación y salud”, aseguró.

Cuando tomó la determinación de alejarse de Marayes, dónde llegó por amor a su esposo, se refugió en Vallecito. Allí, encontró a una señora a quien cuidar y que desde diciembre le da un lugar para quedarse. “Los más grandes duermen adentro en un colchón y el más chiquito lo hace conmigo en la galería de afuera. Mientras ellos van a la colonia para divertirse con otros niños y comer, yo limpio platos o casas. No nos falta para comer, pero yo necesito que tengan un techo y una vida digna”, concluyó.