El caso de Sergio David Guerrero (13) es uno de los más misteriosos de personas desaparecidas en la provincia. El mediodía del 11 de agosto de 2002, justo en el Día del Niño, Antonia Molina preparaba a sus hijos más chicos en su rancho de Villa Santa Rosa, Ullum, para llevarlos con Sergio a un chocolate en una plaza. Pero entonces el niño tomó su honda y caminó al fondo hasta perderse en una finca. Desde entonces no lo vieron nunca más.
Lo buscaron distintas fuerzas de seguridad. Por tierra, con baqueanos y por aire, con helicópteros de la Fuerza Aérea, pero no dieron con él. Hasta creían que lo había matado algún pariente y lo buscaron en la letrina del rancho. Pero esa búsqueda también resultó negativa.
