Hay cantera de la buena en el Jockey. Los competidores sanjuaninos componen el último eslabón de la familia que se congrega en el Hipódromo de Rivadavia. Pilar Aglioso (10 años), Maximiliano Baigorrí y Lucía Bustos (11) y Rocío Bustos (12) son algunos de los más pequeños que mamaron el fanatismo por los caballos desde siempre. Dicen que son amantes de la actividad porque sus familias llevan el deportes de los caballos en la sangre. Los chicos ayer cumplieron una gran jornada.

Pilar, asegura que se montó a un caballo por primera vez a los 2 años de edad. “Me fascinan los caballos. Amo lo que hago”, expresó quien ayer se quedó con las categorías Children 0.90 y Children 1.00 y agregó: “La familia de mi mamá (Verónica Turcumán) viven de esto y por eso se transmite de generación en generación”. Por su parte, las hermanas Lucía y Rocío Bustos también traen heredada la pasión por el hipismo. Su papá Fernando es un aficionado del Endurance y desde pequeñas las introdujo al mundo de los caballos. Ambas ayer cumplieron una buena actuación y dejaron más que conformes a la familia Bustos. 
Por su parte, Maxi Baigorrí es un caso aparte. Él llegó hace cuatro años al Jockey Club para meterse en la actividad. “Buscaba un lugar donde pudiera practicar. Tengo una finca con caballos pero queda lejos”, relató.