Para la gran mayoría de los equipos del Torneo de Clubes Campeones jugar es una pasión sin buscar ningún otro beneficio. El amor por el fútbol y la camiseta que defienden va más allá de cualquier otra circunstancia que encierre el campeonato. Y en el club Sarmiento estuvo de manifiesto, porque su cancha no tiene pasto en ningún sector, es tierra pura, de la dura, la áspera, la misma que tenía marcado el rodillo del tractor para dejarla plana.
Acá no hace falta el verde césped, acá se caen, se raspan y se vuelven a levantar porque el fútbol para ellos es amor más allá de la superficie en la que se desarrolle.