El rescate de los 33 mineros que paralizó y emocionó al planeta, sucedió a pocos kilómetros de la mina en la que trabajó Sarmiento, en Copiapó. Hoy, el lugar está renaciendo por la historia de los hombres que permanecieron 33 días a unos 700 metros bajo tierra, después del derrumbe de la mina. Hoy, desde la escoba con la que barrieron ese refugio, la taza con la que desayunaron, los cascos, cintos, antiparras y hasta la tetera y olla que usaron para cocinar, se encuentran en una habitación de la Municipalidad de Copiapó, porque están armando un museo. El sitio se transformó en el lugar más visitado del pueblo. La gente paga sólo por mirar el socavón por donde salieron los mineros y se emociona hasta las lágrimas al leer los carteles de aliento que hicieron los familiares de los mineros, mientras esperaban ser rescatados.