Como lo hizo en 2009, Michelle volvió a robarse todas las miradas durante la asunción de Obama con su elegancia y sobriedad a la hora de elegir su look. Es que el look y los vestidos de la Primera Dama en el primer día de mandato de su marido constituyen casi un secreto de Estado. Pero Michelle reveló parte del misterio camino a la iglesia -primera parada del día de festejos- al mostrarse con un abrigo en tono gris humo, cortado “al estilo de una corbata de seda de hombre” del diseñador estadounidense Thom Browne bajo el cual -según dijo la Casa Blanca, ya que debido al frío no se pudo ver- lució un vestido del mismo diseñador estadounidense.
La esposa de Obama combinó este diseño de alta costura con un cinturón y zapatos de la marca J. Crew, también estadounidense pero mucho más económica, siguiendo con su costumbre de mezclar accesorios y modelos de diversas gamas. Y dejó a todos con la boca abierta con unos llamativos guantes rosa viejo intenso. Fue un juego con su hija mayor, Malía, que usó guantes grises humo. Así quedaron en composé.
Al igual que el collar y el cardigan que también eligió para la jornada, se tratan todos de modelos de diseñadores estadounidenses, un claro gesto -habitual en ella- de hacer un guiño para impulsar la moda nacional, ya que los diseñadores elegidos para vestir a la Primera Dama suelen ver fuertemente impulsadas sus carreras y, sobre todo, sus ventas. En tanto, las hijas de Obama, Malia y Sasha vistieron abrigos en tonos del violeta. La mayor, Malia, de 14 años, eligió un abrigo de J.Crew púrpura, y la pequeña, Sasha, de 11 años, un abrigo lila de Kate Spade.