Esteban Varela (18) estuvo perdido tres días que para todo el personal policial y civil que estaba en la zona de búsqueda fueron interminables y más con el condimento amargo del jueves que hubo mal tiempo. El joven fue hallado con vida pero durante varias jornadas, los rescatistas temian lo peor.
Este martes, Esteban salió a cabalgar en su mula junto a un amigo de su papá, en Los Berros, Sarmiento, y en un momento del recorrido, se perdió y no regresó a su hogar mientras que quien lo acompañaba sí lo hizo y dio la voz de alerta.

El padre de Esteban realizó la denuncia en la Subcomisaría de Los Berros e inmediatamente, se activó un operativo para dar con el joven antes que le ocurriera algo malo, ya que en la noche, podría desorientarse más y así ocurrió. Con el paso de las horas, Esteban continuó su camino sin rumbo y hasta se encontró con un baqueano que le ofreció darle asilo pero él sólo repetía: "Quiero ir con mi papá".
Paralelamente, quienes seguían su rastro se confundían en ciertas zonas, ya que Esteban nunca fue por senderos habituales y aseguraban que subía y bajaba los cerros. Personal policial de la División Montanda, uniformados en motos y cuatriciclos de GERAS, personal de la Secretaría de Ambiente y baqueanos del lugar fueron parte del gran despliegue para encontrar a Esteban, quien no se detuvo ni un momento y recorrió más de 40 kilómetros.

El joven de Los Berros fue encontrado cerca de la Quebrada de Zonda, en las inmediaciones de la Estancia Maradona, "muy lejos de su casa" declarado desde la Policía. El operativo tuvo dos ingresos, uno se realizó por Los Berros y el otro fue por Zonda, ya que con el avance del tiempo, la huella de Esteban se alejaba de su origen y desconcertaba a los expertos.

El jueves fue el día más terrible para todo el equipo que encabezó el jefe de GERAS Diego Morales, debido a que la lluvia y el cielo completamente nublado complicó la búsqueda pero por fortuna, el viernes el tiempo permitió el desarrollo del operativo y dieron con Esteban.
Estaba junto a su mula, que se había empacado y no quería seguir, y también tenía a su perrita marrón que no dejó de seguirlo desde que salió de su casa. En el momento que lo vieron, los expertos gritaron y en cuestión de minutos, ya estaba un helicóptero trasladándolo al Hospital Rawson. Antes de subir y emprender vuelo, pidió que cuidaran de sus animales. Durante el viaje no dejó de hablar y mucho menos preguntar por su papá.
