Luego del violento terremoto de 1944 que ocasionó la pérdida de miles de vidas en San Juan, se creó el Instituto de Investigaciones Antisísmicas (IDIA). Este instituto fue conformado como ‘Grupo de Estudio Universitario’ y tenía el objetivo de analizar el efecto sísmico en las construcciones. Actualmente, depende de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ y es el lugar donde se hace constantemente estudios para poner a prueba la sismorresistencia de diferentes estructuras o elementos. Esto, con el objetivo de brindar un servicio a la comunidad.
Si bien el IDIA se creó para la investigación, con el paso de los años se convirtió en una fuente de innumerable estudios, ensayos e investigaciones que sirvieron para mejorar la sismorresistencia de muchos edificios, casas y obras públicas hasta de otras provincias. Es que a través de convenios con terceros, se hace distintos ensayos para ‘cuantificar los daños que produciría un sismo en una determinada estructura’.
José Luis Bustos es uno de los ingenieros que integran este instituto y dijo que ellos tienen un laboratorio, con instrumentos de diferentes tamaños, en los que ponen a prueba estructuras a escala, productos como ladrillos, rocas y el mismo suelo, entre otras cosas. De esta manera, verifican si la teoría y las reglas de construcción van a ser o son útiles. ‘Nuestro trabajo es un servicio directo a la comunidad. Es que, además de trabajar con terceros en obras específicas, todos los que integramos el instituto somos docentes y todas las investigaciones son aportes que llegan directamente a la formación de futuros ingenieros’, dijo Bustos y detalló algunos de los estudios más relevantes que realizaron para San Juan y otras provincias, relacionados a la resistencia sísmica. Entre ellos, nombró el ensayo que realizaron a los vidrios del Centro Cívico, a los muros de las casas del IPV, a diques mineros y a los transformadores de Alta Tensión del NOA y el NEA.
> Un estudio clave para San Juan
Si bien a lo largo de los años el IDIA realizó numerosos estudios, uno de los más recordados es el que hicieron a las estructuras vidriadas del Centro Cívico. Al respecto, Bustos contó que este ensayo fue el primero que realizaron con estos materiales, pues hasta el momento en la provincia no había edificios que tuvieran cierres con vidrios. ‘El Centro Cívico no tiene pórticos de hormigón, ni cierres de mampostería. Entonces, cuando se comenzó la construcción final, nos contrataron para hacer pruebas al respecto", dijo. Bustos comentó que idearon un sistema para ver cómo debían ser los huelgos laterales de los vidrios para que ante un terremoto máximo no se rompieran, ni cayeran. ‘Instalamos un cerramiento con un marco metálico, exactamente igual que el que pensaban colocar, y empezamos a ver cómo se deformaría ante un sismo. Hicimos ciclos de carga y descarga y fuimos modificando los huelgos, es decir, los huecos laterales que están rellenos con goma, para que cuando la estructura de hormigón se deformara ante un terremoto no se afectara al vidrio’, dijo y contó que ese estudio además incluyó un ensayo para que los vidrios sean resistentes a los fuertes vientos y a las lluvias intensas.
> Prueba para confirmar la regla
En el año 2000 se inauguró el Laboratorio de Estructuras. Fue luego de firmar un convenio con la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y el IPV de San Juan. Es que se buscaba saber, a través de investigaciones, cuán resistentes eran los muros de mampostería de viviendas de hasta 3 pisos. ‘En ese momento nos planteábamos la necesidad de conocer cómo funcionaban los ladrillos, ya que es un material que no tiene un control estricto en su fabricación, como pasa con el hierro y el cemento. Había una incertidumbre sobre cómo se podían comportar estas estructuras ante un sismo. Tras el convenio, hicimos ensayo con mamposterías de ladrillo macizo, ladrillones macizos y block de hormigón’, comentó Bustos y dijo que esos resultados fueron entregados al IPV y Planeamiento, y actualmente son fundamentales para el estudio de Ingeniería Civil. ‘De esta manera, pudimos confirmar los datos que daba la normativa vigente del Inpres. Es que, en una casa, las paredes de ladrillo son lo que resiste en los sismos. Y si bien no estamos hablando de estructuras importantes de tamaño, es un estudio fundamental porque en San Juan un 60% de las construcciones son viviendas de planta baja y de hasta 3 niveles construidos con esta tipología de estructuras’, explicó.
> Asistencia a empresas mineras
El Instituto de Investigaciones Antisísmicas tuvo a cargo, en 2012, la ‘revisión de aspectos sísmicos y estructurales relacionados con las obras del Dique de Colas del proyecto minero Lama-Pascua y en la inspección de su construcción’. Este ensayo se realizó luego de un convenio que firmaron la UNSJ y el Ministerio de Minería de San Juan. En ese momento, se comentó que el IDIA también había participado en el proyecto de seguridad de construcción de los diques Cuesta del Viento y Caracoles. Sobre los ensayos relacionados a la obra minera, Bustos dijo que hicieron diferentes verificaciones de las geomembranas del dique de colas de ese proyecto minero. ‘Además, tenemos una gran experiencia en lo que son diques de represa, diques de residuos mineros, y se hacen muchos ensayos de las muestras de las rocas que se usan en este tipo de emprendimientos. Esto es para ver cómo sería la rotura, si hubiera impedimento o problemática en el caso de la ocurrencia de un terremoto, pues estamos en una zona sísmica’, agregó el profesional.
> Evaluación para otras provincias
‘Hace unos 15 años, en el laboratorio también hicimos ensayos de calificación sísmica en las líneas de Alta Tensión del NEA y NOA’, dijo el ingeniero del IDIA. Esos estudios fueron ensayos mecánicos sobre cables conductores y componentes de líneas de alta tensión y estaciones transformadoras. ‘Se hizo el estudio de aisladores de tensión, que son los que sirven para trasladar y transmitir la energía eléctrica transformándola de alta tensión, a media tensión y baja tensión. Esos transformadores fueron testeados en la mesa vibratoria para calificarlos sísmicamente. Había que ver si antes, durante y después de la ocurrencia de un terremoto seguían funcionando correctamente’, explicó Bustos. Además de los ensayos, brindó asesoramiento sísmico y geotécnico para obras de generación hidroeléctrica. ‘Ese estudio fue muy importante porque sirvió para salir de los límites de San Juan’, dijo el profesional. Mientras que desde el Inpres mostraron, en el mapa de peligrosidad, que algunas provincias del NOA y NEA son consideradas sísmicas y es por eso la importancia del estudio realizado en San Juan.