Esta maquina es un artefacto de mucha utilidad que no sólo ahorra trabajo si no que permite cuidar las manos y evitar el contacto con detergentes.

En primer lugar hay que ver si el agua está a la temperatura correcta; si se usa un detergente adecuado; si es posible agregar un aditivo para el enjuague; si está cargado correctamente, entre otros.

En primer lugar el consejo de los fabricantes es usar agua a 50 ºC en su inicio; 60 ºC para deshacerse de manchas y malos olores y un 70 ºC para eliminar las bacterias.

En los restaurantes llegan a un 83 ¦C para seguir los requisitos sanitarios.

Es imprescindible que la temperatura del agua tenga un buen funcionamiento, pero en general se utiliza a 38 ¦C, o menos.

Al usar bajas temperaturas se prolonga el tiempo de lavado; si el agua esta demasiado fría puede llegar a prolongarse hasta 3 horas.

En cuanto al detergente lo ideal es usar uno sin importar que este sea de gel o de cristales ya que ambos tiene un mismo fin y parece funcionar de la misma forma.

El detergente para lavado manual y el detergente para lavavajillas automáticas no son intercambiables.

El movimiento del agua en la máquina produce cantidades enormes de espuma, que provocan el desbordamiento de la máquina y las consecuentes inundaciones de la cocina. Por lo tanto no se debe usar uno por otro.

El aditivo de enjuague es muy indispensable para el acabado, debido a que permite secar con rapidez, el no usarlo puede provocar que la vajilla termine con gotitas o quizá machas

En cuanto al orden en el que se debe colocar los utensilios deben ser de manera ordenada para así poder tener un mejor rendimiento ya que esta permitirá que el agua penetre en todos los rincones.