La final entre Sada Cruzeiro y Lokomotiv fue seguida por 6.000 espectadores, algunos de ellos parados ante la falta de lugares. Pero el estadio Divino Braga se convirtió en un reducto por momentos insoportable, debido al calor. El complejo, con sus aberturas tapadas por lonas para evitar el ingreso de luz solar que afecte a los jugadores, conjugó alta temperatura con humedad tras las lluvias de los días previos.
El regreso. En la siesta de hoy el plantel de UPCN llegará a San Juan, tras una travesía que inició el 11 de octubre. En la madrugada de hoy partía de Belo Horizonte a Ezeiza, mientras que tras el traslado a Aeroparque y unas horas de espera, el arribo a la provincia está previsto sobre las 14.
De riesgo. Antes de comenzar el partido, una de las potentes lámparas del estadio se apagó. Y un operario, sin ningún tipo de arnés que le diera seguridad, caminó por el entramado de vigas de metal para repararlo. Pese a lo peligroso del trabajo, logró su cometido.
Pelotazo. Sokolov es un gigante que ataca y saca con una potencia impresionante, rayando lo violento. Y un camarógrafo de la televisación en vivo lo sufrió duramente y sin aviso. El búlgaro sacó tan largo, que la pelota picó y fue a parar de lleno en el rostro de trabajador, que durante varios minutos se masajeó la cara.