El viento helado en plena cordillera, ayer, no fue una novedad. Sobre todo porque el viernes, el viento Zonda azotó Iglesia. Pero como las ráfagas casi alcanzaban los 100 kilómetros por hora, decidieron largar la etapa de mountain bike 16 kilómetros más abajo. Aún así, este tramo, que se hizo en el Paso de Agua Negra, fue el más complicado. Muchos competidores se perdieron y tuvieron que luchar contra las ráfagas de hielo. Esto sucedió en la segunda jornada de la cuarta edición de la carrera aventura Inti Mountain Challenge, que se está llevando a cabo en Rodeo, Iglesia. Hasta el cierre de esta edición, iba al frente Nicolás Ortega. Aunque la primera etapa, que se hizo el viernes por la noche, fue para el calingastino José González.

Fue tan dura esta edición, que muchos competidores abandonaron la carrera. Otros se demoraron tanto en el tramo de mountain bike que no pudieron ingresar al río Jáchal para hacer hydro speed y kayak. Es que por seguridad, este año los organizadores dejaron ingresar al agua sólo hasta las 18. De punta a punta, la competencia fue pura adrenalina y desafío en extremo. Poner a prueba la fuerza mental, además de la física, es lo que caracteriza este tipo de carreras. Y el Inti Challenge no es la excepción.

Esta vez los competidores empezaron de noche con un Zonda insoportable. Pocas horas después, tuvieron que pedalear a casi 3.000 metros de altura, desafiar el viento e internarse en el agua helada del río Jáchal. La dureza de este año también estuvo marcada por una nueva disciplina, la Orientación. Es que el camino no estaba marcado y sólo tuvieron que usar mapa y brújula para ubicarse. Y aunque no hubo accidentes graves, ya en la salida una de las chicas se cayó y durante la travesía en el río, uno de los equipos decidió abandonar la carrera porque les pareció complicado el descenso en kayak.

A pesar de las dificultades, las modificaciones de este año fueron aceptadas de buen grado por los participantes. Correr de noche, costeando el dique Cuesta del Viento, fue una experiencia inigualable para ellos. De lejos, parecían luciérnagas que invadían la noche de Rodeo. Una noche movida en el corazón del departamento, ya que la salida y la llegada de los competidores convocó mucha gente alrededor de la plaza.

A nivel deportivo, este año deparó algunas sorpresas, como por ejemplo, el buen desempeño de Mario Nievas, que por primera vez participó en la categoría individual.

Todos los competidores apostaron a sacar buen tiempo en la etapa de mountain bike. Esto fue porque la mayoría no maneja los deportes acuáticos que están incluidos en la carrera, además porque a la hora de trotar entre los cerros, José González es imparable.

Durante la primera etapa nocturna, tuvieron que correr 30 kilómetros. A la mañana siguiente pedalearon casi 100 kilómetros. Recorrieron 12 kilómetros del río Jáchal y volvieron a correr y pedalear al menos 70 kilómetros más. Fueron 24 horas casi sin descanso. Pero para darles aliento, una vez más, los paisajes iglesianos volvieron a impactar a todos.