"El primer cruce que hicimos, en el 2005, pasamos mucho frío, pero nunca el clima fue tan agresivo como en esta oportunidad". La frase es del gobernador José Luis Gioja, en un momento de distensión en la cocina del refugio Sardina. Y es que esta séptima edición del Cruce Sanmartiniano ya fue marcada por las inclemencias del tiempo. Pero eso tuvo su lado bueno: todos los tiempos en cada una de las etapas fueron mejorados, respecto de otros cruces. Y ayer (por el viernes) el día de descanso en el refugio de Sardina, amaneció soleado y al mediodía el cielo se cerró para darle paso a la lluvia.

Primero fue el garrotillo (granizo con agua) en la salida de la estancia de Manantiales. Eso obligó a que los expedicionarios tuvieran que montar a las apuradas y equiparse para la lluvia lo más rápido posible. Como ya muchos dudaba en si emprender o no la expedición, el gobernador Gioja tomó la bandera argentina y salió al trote con su caballo, alentando a la tropa, gritando fuerte "Viva la Patria".

Esa primera parte hasta la llegada a Las Frías, en la trincheras de Soler, era una señal de lo que se venía. Desde la llegada a este lugar, donde se inauguró un refugio que consta de un comedor de 3 metros de ancho por 6 de largo, con una cocina y un baño, con vidrios y materiales aislantes, todo fue lluvia y frío, haciendo honor al nombre de ese paraje.

Tras llover toda la noche, al otro día, el jueves, la partida fue una persistente caída de agua nieve. Antes de salir hubo una pequeña reunión entre Gioja, el comandante Alberto González, de Gendarmería, y el jefe del RIM 22. La duda era el impacto que podía tener ese temporal en la subida al Espinacito, ya que las nubes no dejaban ver las montañas. Pero un gendarme conocedor del lugar dijo que se podía largar una mula adelante que fuera abriendo el sendero y eso iba a simplificar las cosas. Y se decidió salir.

Las dudas se convirtieron en certezas: toda la subida al Espinacito fue con lluvia y viento blanco. En algunos sectores más intensos que en otros. "En ese lugar siempre hay nieve acumulada, pero nunca en las seis ediciones anteriores nos tocó viento blanco como ahora", comentó Marcelo Lima, intendente de la Capital y organizador del Cruce Sanmartiniano.

Y la llegada al refugio Sardina también fue distinta: una leve llovizna acompañó a la columna de expedicionarios mientras cruzaban todo el Valle de los Patos Sur. Siempre, en las ediciones anteriores, ese tramo era de sol radiante.

Pero las inclemencias del tiempo terminaron obligando a mejorar los tiempos en cada tramo. Es que como estaba lluvioso o con nevadas, a los expedicionarios no les resultaba sencillo distenderse a descansar o contemplar los paisajes. Así, se llegó más rápido a cada punto determinado.

Ayer (por el viernes) en el día de descanso y recuperación en el refugio Sardina, el clima también dio la nota. Es que amaneció despejado y cálido. Muchos desayunaron en los fogones, como el gobernador Gioja y la embajadora de Gran Bretaña, Shan Morgan. Pero al mediodía se nubló y llovió. Luego quedó un día frío.