Anoche el estadio Aldo Cantoni lució como en las mejores galas. Con casi el 80% de su capacidad colmada (más de 7.000 almas) los sanjuaninos vivieron un domingo de final como hacía varios meses no se apreciaba. Bombos, banderas, cantos e innumerables papelitos que demoraron el reinicio del juego tras un gol, le dieron a la final el nombre que se mereció.