Ricardo Priori (64 años) – Voluntad y compañerismo

 

Enfundado en un saco marrón y con lenguaje técnico, Ricardo Priori rendía su final de Edafología. Fue la semana pasada, antes de la entrevista para esta nota y el broche de oro de una experiencia para él inolvidable.

Oriundo de Mendoza y con 64 años, Ricardo representa a ese grupo de valientes que se atreve a saltar la brecha generacional y probar con las nuevas tecnologías. Sin muchas opciones, bien podría haberse decido a cursar del modo tradicional.

Ingeniero civil de profesión (egresó aquí en San Juan en el `72) y actual consultor en el rubro, optó por estudiar Geología para completar su formación. “Me costó al principio pero con perseverancia se logra. Tengo un grupo de compañeros muy jóvenes que me brindaron su apoyo, nunca me dejaron en la vía y fueron para mí como tutores en esto de las nuevas tecnologías”, contó Ricardo.

Según su experiencia, lo que más le gustó de esta metodología, fue la posibilidad de poder acceder a través de links colocados en la plataforma, a información de otros países como riesgos geomorfológicos y mapas de suelos.

 

Carla Tapia  (22 años) – Animarse al cambio

 

“En las primeras clases cuando nos encontramos con la plataforma virtual no estábamos conformes. Nos preguntábamos porqué teníamos que usar la computadora cuando teníamos la posibilidad de hacer consultas con los profesores en forma personal”, dijo Carla Tapia, alumna de quinto año y actual Ayudante Alumna de la cátedra de Edafología.

En cierto modo Carla resumió con su respuesta, la humana actitud de negarse al cambio ante cosas nuevas. Claro, eso fue cuando no estaban familiarizados con el sistema y antes de conocer los beneficios que llegarían después. “Veníamos de cuatro años acostumbrados al dictado y seguimiento de un profesor. Creo que lo que costó fue reconocer que la responsabilidad de estudiar era absolutamente nuestra y no porque un profesor nos estuviera marcando pautas”, analizó la chica.

De acuerdo a Carla, lo mejor para ella fue la flexibilidad en los tiempos de estudio. “Me brindó una gran libertad, sobre todo porque a esta altura del cursado uno ya tiene otras exigencias, por lo que no tener que asistir a cursar todos los días ayuda muchísimo”, concluyó  Carla.