11 partidos duró el ciclo de Héctor Arzubialde en Sportivo Desamparados. Logró 2 triunfos, 4 empates y 5 derrotas. Llegó después de la caída ante Gimnasia en Jujuy y desde que arribó a Puyuta probó con todos los sistemas tácticos posibles. Insistió con las dos líneas de cuatro y dos puntas. Pasaron varios partidos y no pudo despegar futbolísticamente con el equipo. En su debut, contra Brown de Puerto Madryn en cancha de Trinidad, Arzubialde insinuó algo que demoró en concretar: jugar con un enganche. Probó otros sistemas y demoró demasiado en decidirse. Pero lo hizo y para concretarlo tenía que renunciar a la línea de 4 en el fondo. Para eso tenía que convencer a Diego Calgaro para que sea líbero y también llevar a Ariel Barth a ser stopper. Recién contra Aldosivi de Mar del Plata se decidió y la apuesta le dio frutos porque sumó 7 de los últimos 9 puntos que disputó logrando una mejoría notable en el funcionamiento colectivo. Hace 15 días atrás, ese modelo le devolvió las esperanzas y sirvió para que Sportivo ganara su primer partido en el ciclo Arzubialde.

Luego, lo repitió contra Atlético Tucumán y el resultado fue positivo porque si bien no ganó, alcanzó para un empate que le daba una vida más para pelear la permanencia. No cambió más Arzubialde y se aferró al modelo que más le rindió en todo su ciclo. Defendió con 3, puso 4 volantes, paró al enganche y mantuvo las 2 puntas. Ese fue el mejor Desamparados de toda la temporada, pero lo malo es que ese modelo se vio demasiado tarde.