Greenpeace considera que la basura electrónica es, además de una alta fuente de contaminación, un derroche de recursos que podrían recuperarse. Sólo considerando los tres metales más valiosos presentes en un teléfono celular (oro, plata y cobre) y teniendo en cuenta los 10 millones de teléfonos celulares descartados en la Argentina a fines de 2011, podemos estimar el derroche de 228 kg de oro (12.462.480 dólares); 1750 kg de plata (1.855.000 dólares) y 81.000 kg de cobre (664.200 dólares). Es decir, se tiraron a la basura 14.981.680 dólares, sólo teniendo en cuenta el descarte de teléfonos celulares en 2011.
Entre los aparatos electrónicos que más se utilizan a diario, los teléfonos celulares y las computadoras son los que poseen la tasa más alta de recuperación: más del 90% de sus partes pueden ser recicladas .
Estudios realizados en la Unión Europea afirman que, en promedio, los aparatos eléctricos y electrónicos están compuestos por un 25% de componentes reutilizables, un 72% de materiales reciclables (plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel, estaño) y un 3% de elementos potencialmente tóxicos (plomo, mercurio, berilio, selenio, cadmio, cromo, sustancias halogenadas, clorofluocarbonos, bifenilos policlorados, policloruro de vinilo, ignífugos como el arsénico y el amianto, entre otros).
El reciclado eficiente de este tipo de materiales es crucial para que éstos se conviertan en elementos disponibles para volver a ser utilizados en un nuevo producto, ya sea electrónico, para aplicaciones en la industria de la energía renovable o para aplicaciones que aún no hayan sido creadas.