�Este fallo se originó en un largo juicio que llevan adelante los acreedores que buscan el repago total de los bonos después del default de 100.000 millones de dólares que protagonizó el país en 2002. Esos acreedores no adhirieron a los canjes de deuda de Argentina de 2005 y 2010, que resultaron en que un 92% de su deuda incumplida fuera intercambiada. El país volvió a incumplir pagos en julio de 2014 después de que se rehusó a honrar pedidos para que pagara 1.330 millones de dólares más intereses a NML Capital Ltd. y otros fondos de cobertura que habían acudido a las cortes por los títulos. Griesa ordenó a Argentina en junio que pagara 5.400 millones de dólares a más de 500 holdouts antes que pudiera pagar a la mayoría de los acreedores.
