En el año 2002 en San Juan el 39,10% de los viñedos tenían más de 25 años, es decir, 18.344 hectáreas de un total de 46.922. Diez años después la antigüedad descendió, pero poco: actualmente es de 34,2%, lo que quiere decir que hay 16.235 hectáreas avejentadas frente a las 47.394 hectáreas relevadas por el INV en toda la provincia.
A nivel país esa reconversión de viñedos viejos se hizo con mayor celeridad en el mismo lapso: mientras en el 2002 más de la mitad de los viñedos (o sea, el 50,56%) tenían 25 años o más -105.147 hectáreas de un total de 207.986-; para el año 2012 se había logrado disminuir la cifra al 42%, y sólo 93.030 hectáreas conservan su antigüedad frente a las 221.202 existentes en todas las provincias vitivinícolas.
La mayor aceleración se produjo en la provincia de Mendoza, que en el 2002 poseía el 54,75% de sus viñedos viejos y con poca producción -79.368 hectáreas frente a un total de 144.954-; y tras una década de reposiciones logró disminuirlo al 44,66%, conservando actualmente 70.208 hectáreas añejas, de sus 157.204 totales.
Si bien es cierto que frente al promedio país, hoy por hoy San Juan tiene el menor porcentaje de viñedos viejos respecto a su total de superficie -34% San Juan, 42% el país-, su existencia atenta contra la sostenibilidad y la competitividad que requiere este sector del agro local en estos momentos, sobre todo en variedades de consumo en fresco.