A la edad en que los chicos empiezan el primer grado, Iván, uno de los perros labradores de la Sección Canes de la delegación local de la Administración General de Aduanas, acaba de jubilarse.

Su trabajo durante los últimos seis años fue brindar un servicio a la sociedad, ya que Iván formaba parte de un equipo de trabajo que se encarga de detectar narcóticos que sean trasladados de manera ilegal por distintos medios de transporte.

Jeanti Romero fue su guía desde que Iván se integró a la Aduana y trabajaron juntos en distintos procedimientos. ‘Iván hizo un muy buen trabajo, de manera muy eficiente. Es un perro tranquilo que ahora disfruta de otra vida distinta en una casa, junto a una familia que lo adoptó y lo cuida‘, contó Jeanti.

El entrenamiento de Iván, que recibió ese nombre de la última directora de Aduana (se llamaba Ivana) empezó muy pronto, cuando todavía era un cachorro. ‘Lo que se busca es que sean perros a los que les guste jugar. Cuando son muy pequeños todavía, se los pone a prueba con distintos juegos, por ejemplo arrojarles una pelotita para que la busquen.

El primero que reacciona ante ese estímulo, es el indicado para trabajar como buscador. El perro, cuando busca narcóticos, lo hace como si estuviera jugando, para él es una diversión.

Por eso a determinada edad, cuando pierden interés en el juego, hay que retirarlos, para que cambien a otro estilo de vida‘, explicó el guía.

En sus años de servicio, Jeanti e Iván compartieron más de una anécdota. ‘Una vez, en un paso fronterizo, se detuvo un auto donde viajaba una pareja que bajó y dejó las puertas abiertas. De inmediato Iván, que tenía sus patas mojadas y embarradas, se trepó al auto y empezó a buscar, porque ese era su trabajo, aunque en el auto no hubiera nada.

Cuando volvió la pareja, era nada menos que un embajador y su señora, a los que Iván les dejó el auto todo embarrado. Por suerte, lo tomaron con mucho humor‘, refirió el guía.

Respecto del entrenamiento, aclaró que la creencia de que se entrena a los perros con drogas es equivocada. ‘Lo que se utilizan son sustancias pseudo químicas, que tienen el mismo olor, pero que no le causan ningún daño al animal.

El trabajo comienza cuando el cachorro tiene unos 7 meses y constantemente se hace entrenamiento, para mantenerlos alertas y preparados todo el tiempo. No hay que olvidarse que quienes trafican droga siempre tratan de ir un paso adelante, por eso hay que estar a la altura y entrenarse permanentemente‘, señaló.