Su presencia era segura. Como en cada acto oficial de envergadura y en cada estadio de fútbol, en Sarmiento estuvo mezclado entre la gente el famoso Tatá. Llegó con un puñado de cartas dirigidas a Cristina y le fue preguntando a cada efectivo de seguridad a quién se las podía entregar, hasta que llegó a uno de los chicos que vino desde Capital Federal para encargarse de esa tarea. Conocido hincha del Club Atlético Los Andes, desde que el equipo blanco y negro desapareció, se lo ve alentando a todos los clubes de la provincia que disputan torneos nacionales. Ayer, saltó, bailó y se prendió en cada uno de los cánticos que las miles de personas que llegaron a Cañada Honda le dedicaron a la Presidenta en la calurosa tarde sanjuanina.