La piedra es uno de los materiales de construcción que más aplicaciones permite. Su resistencia la convierten en un material idóneo para cocinas, donde la circulación es abundante y el trabajo desgasta la superficie.

En realidad, los pavimentos de piedra se han empleado desde siempre en interiores, y lo más importante, muy pocos materiales pueden igualarla en belleza. Refinada, tallada, pulida y ligeramente trabajada, o rugosa y de forma irregular, la piedra abarca todos los estilos de construcción, desde el más clásico al más moderno.

La imagen popular de la piedra-fría, clara y lisa nada tiene que ver con la increíble variedad disponible de texturas, colores y motivos, incluso dentro del mismo tipo de piedra. la caliza, por ejemplo, abarca desde un blanco crema hasta un azul veteado, con motas o salpicada de fósiles.

Es imposible encontrar dos baldosas iguales, incluso si se han cortado de un mismo bloque, cada pieza posee su propia superficie, con lo que permiten un abanico de posibilidades ilimitada.

Pueden encontrarse diferentes tipos de piedra: granito, piedra caliza, arenisca, mármol, mármol pulido, pizarra con hendiduras y pizarra china.

Aunque a simple vista pueda resultar cálida al pie, se trata de un elemento más frío que los tratamientos textiles o suelos de madera. No obstante, esta frialdad puede compensarse mediante la instalación de calefacción en el suelo. Una vez caliente, retendrá el calor y lo perderá muy poco a poco.

Los diferentes tipos de piedra se pueden encontrar en establecimientos especializados y directamente en las canteras. Algunos comerciantes sólo venden baldosas en tamaños estándar, mientras que otros cortan las piezas por encargo.