Las mujeres mayores lo adoran. Y lo tratan de usted. Anda por las casas saludando y desde las cocinas o los fondos, se escucha las respuestas de las amas de casa. Franco Felix es una persona querida en la populosa y humilde Villa Unión, de Chimbas, y el cariño se lo ganó por carisma y trabajo. Hace unas semanas, con más de 200 firmas, sus vecinos lo eligieron como presidente del triunvirato normalizador de la unión vecinal de esa villa, que hacía 10 años estaba acéfala. Con 21 años asumió la presidencia y con los 22 que cumplió el jueves pasado, Franco Felix es el presidente vecinal más joven que recuerden en la Dirección de Personas Jurídicas de la provincia.
Franco no es un improvisado en esto del trabajo comunitario. Ya colaboró en un comedor infantil, hizo campañas solidarias cuando conducía un programa radial en su adolescencia y sabe lo que es caminar las calles con una nota buscando alimentos para hacer locros o chocolates en la villa. También, una vez reunió a más de 150 vecinos para pedir que reubicaran a una empleada del centro de salud de la Villa porque se cansaron de que no entregara los remedios como debía. Y lo consiguió.
"Siempre entendí que uno puede dar una mano desde el lugar en que esté. Desde chico me gustó ayudar a la gente en lo que fuera, desde hacerle una nota a una vecina para que presente en la Municipalidad hasta colaborar en el comedor infantil", dijo Franco, quien quizá por esa vocación, estudió y se recibió de Auxiliar de Enfermería, por lo que durante unos meses trabajó en una ambulancia.
"Es un pan de Dios. Además, no toma, no fuma. Es muy sano", dijo María Rosa Oliver, una de las vecinas y tesorera de la unión vecinal. "Es un chico muy activo. Acá se presentó como presidente del triunvirato, avalado por más de 200 personas. Es muy bueno que gente joven se involucre con la comunidad", apuntó Pedro Ahumada, director de Relaciones Comunitarias de la Municipalidad de Chimbas.
Franco es el segundo de siete hermanos. Su padre trabaja en la Electrometalúrgica Andina y pese a que la economía familiar es ajustada, lo banca y varias veces lo ayudó con plata para comprar cosas que faltaron en alguna movida solidaria. "Lo de la unión vecinal surgió porque veía que había muchas necesidades en la Villa, pero especialmente porque volvieron las bolsitas de pegamento y los chicos que se drogan en las esquinas. Eso se había perdido un poco, pero en estos últimos tiempos apareció. Y se me ocurrió que a través de la unión vecinal podíamos hacer algo, así que organizamos unos encuentros deportivos todos los sábados -ver aparte-, para que los niños tengan algo en qué entretenerse", contó.
"También tenemos otras ideas. Vamos a gestionar que nos pongan dos médicos en la tarde en el puesto sanitario, porque la gente empieza a hacer guardia desde las 8 de la noche del día anterior para conseguir turnos. También queremos pedir el pavimento y el saneamiento de títulos de algunas familias. Hay mucho para hacer en la Villa Unión", apuntó el muchacho.
"No tengo intereses políticos ni partidarios. Y desde la unión vecinal o el día de mañana en una ambulancia, yo me voy a sentir bien si puedo hacer algo por la gente", cerró Franco.

